Aprender, y enseñar, en la distancia, tiene sus diferencias con la tradicional presencial.
Lo más importante es establecer rutinas para organizar el trabajo, el ocio, las tareas familiares... todo tiene que tener su tiempo. Fuera del tiempo que le corresponde a cada cosa, no se hace esa cosa.
De esta manera controlaremos el proceso, y no nos sentiremos desbordados ante la inmesidad de todo lo que tengo pendiente... o no me aburriré porque todo lo tengo hecho desde el primer día.
Hay dos conceptos nuevos que tendréis que asimilar: asincronía y sin presencia. Las dos nos hablan de la distancia, la primera de la distancia en el tiempo, porque no compartimos los mismos horarios como cuando íbamos a clase, y la segunda distancia en el espacio, ya que no compartimos el aula.
Establecidas las rutinas de trabajo y asimilado que no nos vamos a ver ni a trabajar juntos lo único que nos quedará será hacerlo todo lo mejor que podamos.
No os preocupéis por los tiempos, porque los maestros y maestras lo tenemos todo organizado para que fluya.
Estamos ahí, en la inmensidad de todo 😄
Seamos felices y pongámoslo todo de nuestra parte.
See you 😉❗
